martes, 11 de abril de 2017

Recensión: La educación durante la Ilustración.


El texto está escrito por Martín Domínguez Lázaro para la revista de historia Norba 10 y fue publicado en 1989 – 1990. Lo que pretende contarnos el autor es como era la educación en España durante la ilustración, concretamente durante los reinados de Carlos III y Carlos IV en el siglo XVIII.
El autor cuenta cronológicamente lo que fue sucediendo en España en la educación en aquella época, el  principal cometido era solucionar la decadencia en la que se encontraba la Universidad después del esplendor del “Siglo de Oro”, Feijoo fue el que introdujo un nuevo método de enseñanza, en el que desaparecía el estudiar mediante “dictados” y lo sustituía por libros de texto de cada asignatura, otros que introdujeron cambios fueron Verney y Olavide.
Carlos III renovó los cargos más importantes con personas jóvenes que querían impulsar más mejoras, aunque hubo una gran oposición, todos seguían queriendo mejorar la Universidad. Se planteó redactar planes de estudios individuales para cada centro, pero estas medidas se abortaron por diferentes motivos. Motivado por ello se crearon escuelas por todo el país como la Escuela Náutica, de Química, etc.

El autor comenta también  como era la educación con la llegada del Rey Carlos IV, en esta época el gobierno apoyaba la política educativa, pero al margen de las facultades, lo que causó que estas se revolucionaran. A causa de esto se suprimieron cátedras considerándolas peligrosas y se acabó con los colegios Mayores. Los hombres de Carlos IV priorizan la educación considerándolo un problema nacional proponiendo soluciones radicales e innovadores. Hubo políticos destacables como Cabarrús que pide la desaparición de las Universidades o Jovellanos que creó un proyecto importante pero tiempo después fue cesado, finalmente llegó el ministro Caballero que redujo las Universidades de 20 a 9, redujo el número de abogados, pero llegó la Guerra de Independencia y todos los intentos de cambio se fueron al traste, aunque las ideas pedagógicas de la ilustración calaron por primera vez en la educación.

El autor comenta que España tenía un retraso cultural con respecto al resto de Europa, la escuela primaria se basaba en la escritura, la lectura, el catecismo y las cuatro reglas y esta educación se encontraba en manos de la iglesia. Con respecto a los profesores eran muy heterogéneos, sacristanes que asumían las funciones de maestros, y maestros que asumían otras funciones mejor pagadas, estos no eran puntuales pegaban a los niños y los tenían atemorizados y no tenían buenos métodos de enseñanza.

“Pagué con las nalgas el saber leer, y con muchos sopapos y palmetas el saber escribir” (Torres y Villarroel, 1972: 44).

A lo largo de los años se irá despertando un interés cultural y un deseo de renovación de la metodología que se dejará sentir en la escuela y en la sociedad.
Con respecto a la educación femenina el autor comenta como  en el siglo XVIII era muy rudimentaria, a base de labores domésticas, religión, pero a lo largo de los años aparecen una serie de proyectos sobre la formación de las mujeres, en parte gracias al fenómeno innovador con respecto a la mujer de Francia. Jovellanos ayudó a la mejora de la educación femenina.
En mi opinión creo que aunque en esa época los métodos de enseñanza no eran los adecuados, si hubiera habido un consenso entre todas las partes implicadas en el que un grupo de expertos hubiesen creado un plan educativo, y la Iglesia no hubiera tenido una intromisión en la educación tan profunda, el avance cultural hubiese sido mucho más rápido y no hubiese habido tanta diferencia con el resto de Europa.

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